El espacio
El proyecto del Palacio como obra de gran escala (monumental, artística y simbólica), desencadenó algunas necesidades o requerimientos espaciales.
Por un lado, la ubicación y el entorno debían ser amplios de acuerdo al tamaño del edificio y la posibilidad de apreciarlo a distancia.
Por otro, tenía que situarse en un lugar capaz de admitir aglomeraciones de público y tránsito ciudadano.
Hacia 1900, el barrio la Aguada, vía de rápido acceso al Centro y a la Ciudad Vieja, reunía las condiciones ideales para albergar el emprendimiento.
En función de esto, se inicia un proceso de expropiación y regularización de tierras (que durará varias décadas), con la finalidad de permitir un fácil acceso desde calles y avenidas aledañas, además de posibilitar el desplazamiento de carruajes y el desfile de tropas en caso de eventos protocolares.
Hacia 1914, el arquitecto Moretti traza una plaza rectangular y coloca al Palacio en un espacio central, rodeado de cuatro edificios (cada uno correspondiente a un punto cardinal). Esta decisión ordena o delimita la superficie total de la obra y destaca a la construcción principal.