Las plantas, aparte de poder ser invadidas y dañadas por las plagas, pueden enfermarse provocando alteraciones en la forma o en el funcionamiento de la misma.
Los especialistas en enfermedades de las plantas, en vez de médicos se llaman "fitopatólogos" y los productos para prevenir y controlar plagas y enfermedades son llamados productos "fitosanitarios"
El uso de estos productos permite asegurar que las plantas no se enfermen y se pierda su consumo.
Sin embargo, hay preocupación entre los consumidores sobre el uso de fitosanitarios en la producción de alimentos y por su toxicidad en los mismos.
Veamos algunos ejemplos de ellos:
Para disminuir las malas hierbas se utilizan herbicidas, que controlan las especies vegetal que invaden los cultivos.
Contra las enfermedades provocadas por hongos se utilizan fungicidas.
Para luchar contra los distintos animales se han desarrollado sustancias que afectan específicamente a cada uno de ellos, como ser:
insecticidad: controla los insectos perjudiciales.
acaricidas: controlan los ácaros
molusquicidas: controlan los moluscos.
Pero, cuidado...
Todo producto fitosanitario, por más eficaz que sea, si se utiliza en exceso puede causar daños fisiológicos a la planta o a la salud de los consumidores del cultivo.