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Ahora que ya conoces las reglas básicas del tres contra tres, vamos a sumergirnos en algunos detalles importantes para que puedas sacarle el máximo provecho a este deporte y disfrutar de toda su energía en la cancha.

En el tres contra tres, el juego empieza y se retoma con un *check-ball*. ¿Y qué significa eso? Cada vez que se detiene el juego —lo que llamamos *pelota muerta*— sin que se haya anotado una canasta, el defensor y el atacante se pasan la pelota en la parte de arriba del arco antes de volver a jugar.

Cuando un equipo anota, el equipo contrario debe comenzar de nuevo desde dentro del arco. Tiene que sacar la pelota, ya sea conduciendo o pasando, para iniciar su ataque. Ojo: los defensores no pueden tocar la pelota dentro del semicírculo que está debajo de la canasta.

Después de un rebote ofensivo, el equipo tiene una ventaja útil: puede intentar anotar otra vez sin sacar la pelota de la zona interior. Pero si el equipo defensor recupera la pelota, entonces sí debe sacarla para empezar su ataque.

Las faltas también son importantes en el tres contra tres. Las faltas se acumulan y tienen consecuencias. Las primeras seis faltas en jugadas que no son de tiro solo cambian la posesión.

Si la falta ocurre dentro del arco durante un tiro, se concede un tiro libre; si ocurre fuera del arco, son dos tiros libres.

A partir de la séptima falta de equipo, cualquier falta se castiga con dos tiros libres, y desde la décima en adelante, el equipo contrario recibe dos tiros libres y la posesión de la pelota.

Las sustituciones solo pueden realizarse cuando la pelota está fuera de juego, o en *pelota muerta*. El jugador que sale debe hacerlo desde la línea de fondo frente a la canasta y tocar a su compañero que entra antes de que este ingrese al juego.

Con todos estos detalles, el tres contra tres se convierte en un deporte súper rápido, lleno de estrategia y acción. ¡Es hora de poner en práctica estas reglas y disfrutar del juego al máximo!