Los tornados son embudos verticales de aire que gira en forma de espiral y producen un ascenso muy intenso de aire.
Una vez que el torbellino o remolino que se forma en la base de una nube de tormenta entra en contacto con el suelo se produce su visualización, debido a la absorción de polvo y todo tipo de objetos.
El inconfundible cono vertical de nubes es en realidad transparente. Se hace visible cuando se condensan las gotas de agua de la tormenta o cuando carga polvo y escombros del suelo.
Estos embudos pueden alcanzar hasta unos 200 metros de ancho. Sus vientos rotatorios pueden alcanzar los 400 kilómetros por hora.