A convivir se aprende y una parte muy importante de este aprendizaje se realiza en las instituciones.
El modo de relacionarse, de estar juntos, de compartir y de colaborar con otros, es lo que hace el modelo de convivencia dentro de una institución, por eso puede afirmarse que todo proceso educativo lleva consigo un modelo de convivencia.
Para lograr un adecuado clima de convivencia es que existen normas generales que deben ser conocidas y pensadas por todas las personas que pertenecen a la institución.
Asimismo, cada centro podrá crear aquellas normas que sean particulares a esa comunidad y que respondan a los intereses y las necesidades de quienes lo integran.
Una manera de lograrlo es trabajar el por qué y el para qué de la norma, lo cual facilitará la incorporación de una manera reflexiva y contribuirá al compromiso de su cumplimiento por parte de todos los actores.