El comienzo ...
s/f
Voy a intentar rescatar lo que pueda de los años anteriores. Creo que empecé a escribir mis días a los once doce años; posiblemente mis cosas de amor y poco más. Germán Blanco? Me acuerdo del profundo dolor, del Loco llanto que llore cuando estuve sola. Llegué a casa creyendo que era tiempo para cambiarme y acompañarlo con los demás al Vapor de la Carrera. Había pasado en casa un mes o algo así y, aunque creo que nos gustábamos y nos escribíamos de antes (nos hacían bromas), ese mes habíamos salido juntos - por el barrio - a comprar esto o aquello, con Numen, con Alma, pero yo recuerdo él y yo. Una tarde a la siesta pasé por la habitación donde se suponía que dormía, con las puertas abiertas. Me atrajo hacia sí, me abrazó - 11 y 13 años? -, me dijo cosas que no entendí: dejame, dejame un poquito. Era dulcísimo. Ni sé si me besó. Creo que no. No entendía y temía que nos vieran; me despedí. Me fui. [testado: esa] aquella noche, papá, tan bueno como siempre, me pareció desalmado cuando me dijo como algo normal y corriente: Se fueron todos hace media hora. Si me partió el corazón. Lo siento todavía. Recuerdo después alguna carta. Un escrito hecho con una virgen de Luján que me envió desde Buenos Aires con mamá, para qué me ayudará en mis escritos. Ese salió muy mal. Nos ayudó. Era tan hombrecito, pese a sus pantalones cortos, tan serio, viril, encantador.
Voy a intentar rescatar lo que pueda de los años anteriores. Creo que empecé a escribir mis días a los once doce años; posiblemente mis cosas de amor y poco más. Germán Blanco? Me acuerdo del profundo dolor, del Loco llanto que llore cuando estuve sola. Llegué a casa creyendo que era tiempo para cambiarme y acompañarlo con los demás al Vapor de la Carrera. Había pasado en casa un mes o algo así y, aunque creo que nos gustábamos y nos escribíamos de antes (nos hacían bromas), ese mes habíamos salido juntos - por el barrio - a comprar esto o aquello, con Numen, con Alma, pero yo recuerdo él y yo. Una tarde a la siesta pasé por la habitación donde se suponía que dormía, con las puertas abiertas. Me atrajo hacia sí, me abrazó - 11 y 13 años? -, me dijo cosas que no entendí: dejame, dejame un poquito. Era dulcísimo. Ni sé si me besó. Creo que no. No entendía y temía que nos vieran; me despedí. Me fui. [testado: esa] aquella noche, papá, tan bueno como siempre, me pareció desalmado cuando me dijo como algo normal y corriente: Se fueron todos hace media hora. Si me partió el corazón. Lo siento todavía. Recuerdo después alguna carta. Un escrito hecho con una virgen de Luján que me envió desde Buenos Aires con mamá, para qué me ayudará en mis escritos. Ese salió muy mal. Nos ayudó. Era tan hombrecito, pese a sus pantalones cortos, tan serio, viril, encantador.
Teniendo en cuenta esta entrada del diario y la cita que leíste al inicio respecto a su poesía y sus sentimientos y vivencias...
¿Qué lugar crees que ocupe el amor en la obra de Vilariño?