Según la psicóloga sueca Stina Sanderls: "El niño no puede ser adaptado al tráfico"
Los menores son los más vulnerables al tránsito; por su altura.
Los ojos de un niño de siete años se encuentran a 50 cm por debajo de los de un adulto.
Para ellos es imposible ver sobre el techo de los autos estacionados
Así, al cruzar una calle un automóvil puede no ser visible para un niño y del mismo modo él, puede no ser visto por el automovilista.