Un evento destacado
Los mayores registros de personas evacuadas en Uruguay datan de 1959, con casi 45.000 desplazados.
Aquel año, el 24 de marzo comenzó a llover en todo el territorio uruguayo y no cesó hasta el 23 de abril.
Aquella cantidad de agua inesperada generó inundaciones en poblaciones enteras, tiró abajo líneas telefónicas, alteró sustancialmente el sistema de transporte y creó serios problemas en el abastecimiento de energía eléctrica.
Ante el temor de que colapsara la represa de Rincón del Bonete, situada en el centro del país sobre el Río Negro, se evacuaron poblaciones enteras.
Nunca volvió a producirse un número similar de damnificados.