“Enemigos por naturaleza: la competencia inter-específica”
Entonces...
¿cómo se define al conjunto de interacciones biológicas que acabamos de ver?
Son aquellas relaciones que se dan entre individuos que pertenecen a una misma especie (relaciones intra-específicas), o entre organismos de diferentes especies (relaciones inter-específicas).
Los seres humanos conocemos intuitivamente muchos de estos conceptos, porque de hecho, nosotros somos depredadores de una gran variedad de organismos y competimos con la mayoría de las especies del planeta por espacio y/o recursos.
A veces, a través de nuestras actividades facilitamos, sin querer o a propósito, la presencia y proliferación de algunas especies.
También sufrimos de enfermedades causadas por parásitos o alojamos en nuestro cuerpo a organismos que viven en una relación simbiótica con nosotros, como es el caso de la “flora intestinal”, sin la cual no podríamos digerir apropiadamente los alimentos.
En las relaciones inter-específicas es posible que ambos organismos se vean favorecidos, como en el caso del mutualismo, que por eso se simboliza con dos signos positivos (+/+).
En algunas relaciones, como en el comensalismo, solo una especie se beneficia y por eso se simboliza +/0.
En otros casos como en la depredación, la herbivoría o el parasitismo, sólo una especie se beneficia y otra se perjudica, por eso se simboliza +/-.
La competencia es la única interacción biológica donde las dos especies que participan son perjudicadas y por eso se denota -/-.
En este objeto en particular abordaremos una de las más importantes para entender la distribución de las especies: la competencia
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