La pandemia ha sido capaz de detener el ritmo desenfrenado de la economía, pero

sus efectos sobre la capacidad de reproducción cotidiana de grandes grupos de población son el hambre y la pobreza.*

El coronavirus ha obligado a un repliegue forzoso de las sociedades y los individuos a sus ámbitos más íntimos, ha forzado una reflexión sobre la responsabilidad colectiva de habitar en un mundo frágil y una apreciación por la vivencia del momento que escapa.

Seguramente estamos frente a una radical transformación de cómo estamos entendiendo la vida individual y colectiva, y con ella, el mismo destino de la globalización. 

Otras consecuencias: 

• Disminución relativa de la contaminación en el planeta por el cierre de algunas industrias y el confinamiento humano.
• Centros de salud colapsados debido al gran número de infectados de covid-19, provocando un importante número de fallecidos en varios países del mundo. 
• Falta de servicios de sanidad y alimentos a disposición de la comunidad.

  

  

*Contenido basado en el análisis de Julio Echeverría (sociólogo y profesor de la Universidad Central del Ecuador, Quito). En www.latinoamerica21.com.