Como forma de liberación de la opresión que sufrieron los afrodescendientes desde la época colonial, la danza fue una forma de escaparse de tal situación, de ser libres, de tomar contacto con sus raíces y tradiciones. Surge así una auténtica expresión cultural: el candombe. En él la mujer también tuvo que ir conquistando su lugar, defendiendo su identidad para ser reconocida más allá de la musa inspiradora del candombe.