Los mosquitos pueden encontrarse en cualquier tipo de zona climática, desde regiones frías hasta muy calurosas.
Son capaces de sobrevivir a inviernos severos o estaciones secas, según la región.
Su adaptabilidad, según la especie, es tal que les permite reproducirse en todo tipo de medios acuáticos, desde muy contaminados a limpios, desde pequeños como latas a grandes como estanques y ríos.
Se favorece mucho su distribución, ya que se trasladan por diferentes medios de transporte, como buques o aviones, y esto ha propiciado la introducción de especies exóticas en nuevos territorios e incluso el transporte de mosquitos infectados a climas templados, con la consiguiente transmisión de enfermedades tropicales.