¿Qué opinaban otros pueblos sobre el Universo?
Vemos la visión:
del Pueblo Guaraní,
el P'AN KU y la creación y
el mito de los los boshong
Origen de la tierra - Pueblo Guaraní
El pueblo Guaraní idealizó a un Dios y lo llamó Ñamandú (el primero; el origen y principio) . Es el dios principal de la mitología guaraní. Definido como invisible, eterno, omnipresente y omnipotente, reside en la Morada Eterna (Yvága) donde se encuentran los seres vivos originales. Su antagonista era Aña (“El Mal”).
Más abajo adjunto la Leyenda creada por el Argentino Miguel Ángel Palermo . Cuentos que cuentan los guaraníes. Centro Editor de América Latina .
Origen de la tierra
Después, hizo que la punta del bastón que siempre llevaba en la mano empezara a engordar, más y más. De allí salió la Tierra, de a poquito.
Para que la Tierra no se moviera, creó una palmera. Era una palmera que iba a durar para siempre y estaba justo en el medio de la Tierra. Después creó otras cuatro en cada uno de los puntos cardinales. Y así, con esas cinco palmeras que iban a vivir siempre, sin secarse nunca, la Tierra quedó bien firme.
Al cielo lo dejó apoyado sobre cuatro columnas, cuatro postes de madera iguales a su bastón.
Fue entonces cuando hizo los primeros animales y las primeras plantas. Uno de los primeros que voló por ahí fue el colibrí; la víbora fue la primera que se arrastró. La primera en cantar fue la cigarra.
Había hecho la Tierra toda cubierta de una selva frondosa, para que hubiera campos sin árboles creó la langosta, ella iba por todos lados, en algunos clavaba la cola en el suelo y allí crecía el pasto y desaparecían los árboles, así se formaron las llanuras. Cuando estuvieron listas, llegó la perdiz, que cantando contenta se quedó a vivir ahí.
Después inventó el tatú, que se puso enseguida a escarbar la tierra. La lechuza quedó como dueña de la oscuridad; por eso, sale nada más que de noche y duerme de día.
Después vinieron otros muchos animales y también los primeros hombres y mujeres.
Entonces, Ñamandu se volvió al cielo y les dejó encargado a los otros dioses que cuidaran bien de todo.
Pasó el tiempo; algunas personas se habían vuelto muy buenas pero otras se habían vuelto muy malas: no todo andaba bien, así que los dioses decidieron que era mejor hacer arreglos.
Pero para no dejar las cosas a medias, produjeron un diluvio: toda la Tierra se inundó. La gente buena pudo subir al cielo con Ñamandu pero los que eran malos se transformaron en animales: ranas, peces y otros bichos.
Después, Ñamandu le pidió a otro de los dioses, que se llamaba Jakaira, que se encargara de hacer de nuevo la tierra, éste a su vez delegó la tarea en su hijo Pa-pa Mirí.
Pa-pa Mirí trabajó mucho. Hizo nuevas plantas, nuevos animales; fue amasando la tierra nueva y llenándola de árboles y pasto. Hizo ríos y arroyos. Pero parece que antes de que terminar lo llamó la madre, y Pa-pa Mirí abandonó su obra. Y dicen los Guaraníes que por eso hay montañas que no son sino montones de tierra y piedras que le sobraron al Dios y que a la gente no le sirven de nada.
Cuentos que cuentan los guaraníes. Miguel Ángel Palermo. Secretaría de Cultura de la Nación. Ediciones Culturales Argentinas.
Centro Editor de América Latina. s.f.
P'AN KU y la creación -
Cuentan los Chinos que, el origen de los tiempos, los cielos y la tierra eran solamente uno y todo era caos. El Universo era como un enorme huevo negro, que llevaba en su interior a Pan ku
MITO P'AN KU Y LA CREACIÓN.
Al principio los cielos y la tierra eran solamente uno y todo era caos. El universo era como un enorme huevo negro, que llevaba en su interior a P'an-Ku, el ser supremo. Tras 18.000 años P’an-Ku se despertó de un extenso sueño. Se sintió sofocado, por lo cual empuñó un hacha enorme y la empleó para abrir el huevo. La luz, la parte clara, ascendió y formó los cielos, la materia fría y turbia permaneció debajo para formar la tierra. P’an-Ku se quedó en el medio, con su cabeza tocando el cielo y sus pies sobre la tierra. La tierra y el cielo empezaron a crecer a razón de diez pies al día, y P’an-Ku creció con ellos. Después de otros 18.000 años el cielo era más grande y la tierra más gruesa; P’an-Ku permaneció entre ellos como un pilar gigantesco, impidiendo que volviesen a estar unidos. P’an-Ku falleció y distintas partes de su organismo, se transformaron en elementos de nuestro mundo. Su aliento se transformó en el viento y las nubes, su voz se convirtió en el trueno. De su cuerpo, un ojo se transformó en el sol y el otro en la luna. Su cuerpo y sus miembros, se convirtieron en cinco grandes montañas y de su sangre se formó el agua. Sus venas se convirtieron en caminos de larga extensión y sus músculos en fértiles campos. Las interminables estrellas del cielo aparecieron de su pelo y su barba, y las flores y árboles se formaron a partir de su piel y del fino vello de su cuerpo. Su médula se transformó en jade y en perlas. Su sudor fluyó como la generosa lluvia y el dulce rocío que alimenta a todas las cosas vivas de la tierra. Fuente
BUMBA Y LA CREACIÓN
En África, los boshongo cuentan que, al inicio , solo había oscuridad y Bumba estaba solo. Un día, Bumba se sintió atormentado por un terrible dolor de estómago y vomitó. Comenzó vomitando el sol, y así continuó hasta vomitar el ser humano.
EL MITO BOSHONGO DE LA CREACIÓN
Al principio sólo había oscuridad y Bumba estaba sólo. Un día Bumba se sentía atormentado por su terrible dolor de estómago. A continuación sintió nauseas y al realizar un esfuerzo vomitó el sol; y así la luz se difundió por todas partes.
El calor del sol hizo que parte de las aguas primitivas se secasen, de manera que en algunas zonas empezó a aparecer tierra seca. Después Bumba vomitó la luna y las estrellas, de forma que la noche tuvo también su luz.
Nuevamente Bumba se sintió mal y realizó otro esfuerzo, tras lo cual aparecieron nueve criaturas vivas: el leopardo, el águila, el cocodrilo, un pez, la tortuga, el rayo (llamado Tsetse), la garza blanca, un escarabajo y un cabrito. Por último apareció el ser humano, había muchos hombres, pero sólo uno era blanco como Bumba: Loko Yima. Esas criaturas crearon a su vez nuevas criaturas.
Entonces, los tres hijos de Bumba (Nyonye Ngana, Chongannda y Chedi Bumba) dijeron a su padre que ellos terminarían de hacer el mundo. De todas las criaturas solamente Tsetse, el rayo, creaba problemas. Tanto mal hizo que Bumba lo atrapó y lo encerró en el cielo. La humanidad se quedó entonces sin fuego, hasta que Bumba enseñó al hombre cómo sacar fuego de los árboles.
Cuando finalmente la obra de la creación estuvo acabada, Bumba se paseó entre los pueblos y dijo a los hombres: mirad todas estas maravillas. Os pertenecen. Del dios Bumba, el creador, el Primer Antepasado, proceden todas las cosas y todos los seres. Fuente