Sin embargo
A las 8:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945, el avión estadounidense Enola Gay lanzó la bomba atómica Little Boy sobre la ciudad japonesa de Hiroshima.
La explosión destruyó la ciudad y mató a unas 140.000 personas en el acto. Las muertes y lesiones continuaron durante semanas y meses debido a las heridas, la radiación y las enfermedades.
Las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki dejaron un legado de enfermedades que siguen afectando a los sobrevivientes y a sus descendientes.
Las primeras generaciones de sobrevivientes sufrieron principalmente de cáncer y enfermedades cardíacas. Sin embargo, las generaciones más jóvenes están desarrollando nuevas enfermedades relacionadas con la radiación, como las aberraciones cromosómicas y los polimorfismos en el ADN.
Hoy, más de 70 años después de que el hongo radiactivo sobre Hiroshima empezaba a deshacerse, siguen apareciendo patologías relacionadas con la bomba atómica.
Los científicos creían que el impacto de la radiación desaparecería en 20 años... pero no.