Comienza por lo más sencillo y cercano: tú, tus padres y abuelos.
Anota todos los antepasados que conozcas, fechas, lugares, su trabajo, si son o eran miembros de alguna organización o club, si realizan o realizaban alguna actividad relevante, etcétera. Registra tanto los datos que sepas con seguridad como los dudosos, que luego intentarás confirmar entrevistando a tus parientes.
Los familiares que viven contigo serán tus primeros entrevistados, quienes podrán ampliar o corregir tu árbol.
Busca también los viejos álbumes de fotos y cualquier documento que tenga algunos años. Las fotos ayudan a recordar personas, lugares, vivencias, anécdotas.
En todas las familias hay algún pariente que siempre recuerda todos los acontecimientos y nombres, probablemente será también quien guarde más documentos de todo tipo, él o ella serán tu primer objetivo. Recuerda llevar algún dispositivo (tablet, laptop, celular) para registrar la entrevista.
Informa a todos tus parientes que estás construyendo tu árbol genealógico, seguro recibirás mucha ayuda. Es importante que conozcas tu árbol genealógico ya que conoces detalles de tus antepasados y en algunos casos encuentras explicación del porque de algunos rasgos de carácter en tu familia o en ti, rasgos físicos, incluso hasta rasgos vocacionales.