La gamificación aplicada a la construcción social del género permite utilizar elementos y dinámicas de juego para cuestionar, analizar y transformar percepciones sobre esta temática.
A través de desafíos interactivos, se fomenta la reflexión crítica sobre los roles y estereotipos de género, incentivando el aprendizaje activo y la colaboración entre los participantes.
Este enfoque lúdico no solo hace que el proceso de aprendizaje sea más atractivo y accesible, sino que también fortalece habilidades como el pensamiento crítico, la empatía y el trabajo en equipo.
Al involucrar a los jugadores en situaciones que requieren toma de decisiones, resolución de problemas y negociación de significados, se genera un espacio propicio para la desconstrucción de prejuicios y la construcción de una sociedad más equitativa e inclusiva.