El picabueyes rompió el pacto
En un principio, el picabueyes se alimentaba de ectoparásitos que vivían sobre su huésped, pero comenzó a beber de su sangre generando heridas que se pueden infestar y generar grandes problemas. Lo que comenzó como un mutualismo, se transformó rápidamente en parasitismo.
Esta relación consiste en una asociación en la que uno se beneficia (parásito) y el otro resulta perjudicado (huésped). Los parásitos se pueden alojar dentro (endoparásitos) como la lombriz intestinal, amibas, solitaria o fuera (ectoparásitos) como los piojos, garrapatas y pulgas.
El parasito daña y debilita al huésped haciéndolo más vulnerable a las enfermedades y a los depredadores, pero no le causa la muerte directamente, ya que de éste obtienen su alimento, un sitio para vivir y reproducirse, por lo cual si muere el huésped se verán seriamente afectados.
¡De seguro alguna vez los piojos (parásitos) te molestaron haciéndote su huésped!
