La obra de Carlos Páez Vilaró se destaca por hacer uso de una línea gruesa de color negro para definir el contorno de los personajes y figuras, las que representa en forma plana.
En cuanto a la paleta cromática utiliza colores saturados y luminosos, por lo que tienden a conformar una paleta alta.
En esta obra predomina el uso de la línea curva para generar la sensación de movimiento y dinamismo propio del candombe.
A sus 90 años Carlos Páez Vilaró dejó plasmado este mural, homenaje al candombe, ejemplo de su obra en torno a esta temática, que tanto le apasionó.