El estilo de Troche se caracteriza por su minimalismo y sensibilidad visual, utilizando líneas simples y un predominante uso del blanco y negro.
Sus dibujos suelen estar cargados de simbolismo, donde cada trazo y elemento tienen un propósito emocional o narrativo.
Aunque comenzó creando historietas tradicionales con texto, su evolución lo llevó hacia un humor gráfico visual, donde una sola imagen puede contar una historia completa, transmitiendo emociones, reflexiones o contradicciones de la vida cotidiana.
Troche prioriza el silencio visual en su obra, utilizando gestos y expresiones para generar conexión con el espectador.
Su estilo combina una estética nostálgica, influenciada por la paleta de blanco y negro, y una capacidad para capturar la sensibilidad humana, lo que lo hace único en su forma de narrar sin palabras.