El capital
A fines del XVII había nacido el Banco de Londres y, a su sombra, multitud de pequeños bancos de actividad local y regional.
Las grandes ganancias que el campo estaba produciendo con la comercialización de sus productos (de consumo e industriales) podría no haberse reinvertido y así paralizar todo el proceso de la Revolución Industrial, pero la participación activa de los bancos reorienta estos capitales hacia la industria, lo que genera beneficios que a su vez son redistribuidos por la banca hacia el comercio.
Así:
La coyuntura es de abundancia de capitales, por lo que no es difícil conseguir capital para invertir.
El mantenimiento del mercado hará necesaria una especial atención al comercio.
Las relaciones internacionales de Inglaterra en este momento permiten una navegación tranquila, por lo que el comercio exterior inglés crece vertiginosamente.