Existen diversas formas de energía, de las cuales podemos destacar las siguientes:

Cinética. Es una forma de la energía mecánica, relacionada con el movimiento de objetos o partículas en un sistema físico puntual. Es la que pone las cosas en movimiento.
Eólica. Energía asociada al empuje del viento.
Solar. La propia de la radiación calórica y lumínica del Sol, irradiada a través del espacio hacia los planetas del Sistema Solar.
Atómica o nuclear. La derivada de los núcleos atómicos y las fuerzas que mantienen unidas a las partículas subatómicas: las fuerzas nucleares fuertes y débiles, respectivamente.
También se llama así a la energía eléctrica obtenida aprovechando el calor liberado por las reacciones de fusión o fisión atómica controlada.
Potencial. Aquella contenida en un sistema físico o en un objeto específico en una situación determinada y que puede luego transformarse en otras formas de energía, como movimiento, calor, etc. Es la energía “en potencia”.
Química. La energía que permite las uniones atómicas y reacciones moleculares, indispensable por ende para la vida, ya que mantiene en marcha el metabolismo de los seres vivos.
Calórica o térmica. La que tiene que ver con la temperatura y el grado de calor: un objeto con un alto grado de energía calórica aumenta su temperatura.
Magnética. La energía de las relaciones ferromagnéticas: las que permiten la atracción entre un imán y algunos metales.
Interna. Se llama así a la suma de la energía de todos los elementos que constituyen un sistema físico determinado.

Lumínica. La vinculada a la luz perceptible y los objetos que la producen.
Sonora. La propia del sonido y su propagación en ondas.