Testigo
Veamos el testimonio de un soldado inglés que integró la tropas que conquistaron Montevideo en el siglo XIX.
“Ninguna dama o mujer decente se atreve alguna vez a traspasar el umbral de su puerta si no es escoltada por un esclavo o una criada y, si es soltera, jamás aparecerá en la calle sin ser acompañada por su madre o alguna amiga casada…
No es costumbre que las damas salgan a pasear acompañadas por miembros del otro sexo. En caso de que salgan juntos, rara vez caminarán a la par y ningún caballero se atreverá a tomar por el brazo a la dama que escolta por la calle.
Esa es una libertad ni siquiera permitida al marido. Si por casualidad varias personas de distinto sexo caminan en compañía, las mujeres usualmente irán solas adelante mientras que los hombres las seguirán...”
Esta descripción habla del caso de las mujeres...
Retroalimentación
En las clases bajas, la situación era parecida:
Sí se cuidaban ciertos aspectos de la vida privada de la mujer, así como la sociedad (machista) se ocupaba de mantenerla sumisa. Pero, en cuanto a lo laboral o económico, ellas trabajaban a la par de los hombres.
Mujeres trabajando en una fábrica