Uno de los usos más “poderosos” de las redes sociales es la capacidad de crear comunidades de individuos con intereses similares. Twitter no es la excepción.
En este sentido, estas personas informan, diseminan, distribuyen, enlazan materiales, información y actividades académicas, científicas, culturales, etcétera, constantemente comportándose como una verdadera comunidad, ya que comparten elementos en común, tales como costumbres, valores, tareas, visión del mundo, etcétera.
Generalmente, una comunidad se une bajo la necesidad o meta de un objetivo en común, como puede ser el bien común; si bien esto no es algo necesario, basta una identidad común para conformar una comunidad sin la necesidad de un objetivo específico.
Lo que define a la comunidad es la interacción.
En este sentido, nos referimos a una comunidad virtual: comunidad cuyos vínculos, interacciones y relaciones tienen lugar, no en un espacio físico sino en un espacio virtual como Internet.
Que además desean interactuar para satisfacer sus necesidades o llevar a cabo roles específicos; comparten un propósito determinado que constituye la razón de ser de la comunidad virtual.