Para este desafío te invito a mirar el siguiente video:
Transcripción del video
Dicen que la cámara no engaña, pero se equivocan. Abre Instagram, ojea una revista, sal a la calle, existe ya un mundo paralelo al nuestro. Un mundo donde podemos ser más guapos, más felices, más especiales, la fotografía digital es el arte del engaño, pero no te
preocupes, no es culpa suya.
La fotografía analógica también nos engaña lleva engañándonos desde hace casi 200 años, esta es la historia de los primeros
mentirosos de la fotografía.
Una historia que empieza con un suicidio, en 1826 Joseph Nicéphore Niépce capturó por primera vez la realidad en un soporte estable, esta foto es la primera de la historia. Pero, en 1833 Niépce murió sin haber presentado en público su invento y la trama se complica. Otros emprendedores empiezan a investigar sus propios métodos fotográficos y está en juego pasar a la historia. ¿Quién será el primero en patentar la fotografía?
En 1839 Louis Daguerre, colega de Niepce fue el ganador y Paul Bayard fue uno de los perdedores. Bayard consiguió perfeccionar su método fotográfico antes que Daguerre, pero se encontró con un problema: no tenía amigos en la academia de las ciencias francesas y Daguerre si. Bayard fue apartado y su competidor se llevó el título de padre de la fotografía. Furioso, Bayard se suicidó, este es su
autorretrato como hombre ahogado, la imagen se difundió acompañada de un texto: "el gobierno que ha sido tan generoso con el señor Daguerre ha dicho que no puede hacer nada por Bayard y el pobre hombre se ha ahogado". Pero el suicidio no era real, la foto era un montaje ideado por Bayard, quería hacer sentir culpables a los que le habían dado la espalda. Sin darse cuenta Bayard había protagonizado la primera foto falsa de la historia. Apenas diez años después de nacer, la cámara ya había aprendido a mentir.
En las siguientes décadas cada técnica sucederá vertiginosamente a la anterior. Tras el daguerrotipo llegan, el calotipo, el cianotipo, hasta llegar a la placa fotográfica de cristal. El revelado fotográfico requería una experimentación a la que no tenía acceso el gran público, los fotógrafos eran artesanos y cada uno de ellos experimentaba con formas de capturar el mundo. Utilizaban filtros, dobles exposiciones, impresiones de varios negativos y muchos otros métodos. Los retoques estaban ya a la orden del día.
Abraham Lincoln los utilizó para convertirse en presidente. Es 1860 y los rumores sobre su fealdad se han extendido entre la población. Él que se juega a ser dominado para luchar la presidencia del país recurre al conocido fotógrafo Mathew Brady para que le haga un retrato, Brady es conocido por que no tiene miedo a los retoques, así que le pide a Lincoln que esconda los dedos para que no se note lo largos que son, le alarga el cuello, centra la iluminación en el rostro para apartar la vista de su cuerpo y funciona. Ese mismo día en el instituto Cooper Nueva York Lincoln da un discurso que prácticamente le asegura la nominación a presidente, más tarde tendría muy claras las razones de su primer éxito, "Brady y el instituto Cooper me hicieron presidente".
El retoque fotográfico jugará un papel clave en la construcción del imaginario estadounidense, solo hace poco se descubrió que esta foto del general Ulysses Grant en realidad está compuesta por tres imágenes distintas, aquí está su cabeza, aquí su caballo y aquí el fondo de la imagen. Han hecho falta más de 100 años para que alguien se diese cuenta.
Lincoln fue el primero en ver el potencial político de las imágenes, si salía guapo en la foto podría meterse al país en el bolsillo y la fotografía le facilitó el éxito pero a cambio quiso quedarse con su alma.
Esta es Mary Todd Lincoln fotografiada con el espíritu de su difunto marido, estamos en el año 1869 el Presidente ha sido asesinado, la guerra civil ha acabado y está en auge un fenómeno que durará hasta bien entrado el siglo XX, la fotografía de espíritus.
Las viudas de la guerra querían volver a ver a sus maridos y la burguesía del momento está fascinada por el espiritismo, irónicamente la fotografía considerada como representación fiel de la realidad, se convierte en superstición, charlatanería, engaño.
Fotógrafos como William Mumler utilizan la doble exposición para satisfacer la conciencia de sus clientes y de paso montar un
negocio muy rentable, hasta que les pillan.
Tras la primera guerra mundial, esta técnica empezó a desaparecer no sólo porque sus mayores figuras fuesen destapadas como fraudes sino porque la historia de la fotografía había cambiado para siempre.
Tú aprietas el botón y nosotros hacemos el resto, con este lema Kodak lanza su cámara doméstica en 1888, ahora cualquiera puede hacer fotos, los profesionales dejan de ser magos y las imágenes pierden su valor sagrado, el más allá que retratan ya no será el de
los espíritus sino el de las agencias de publicidad y las revistas de moda. Es el nacimiento de la sociedad de la imagen, pero para explicaros eso haría falta otro vídeo.
En 1988, adobe lanza photoshop, 30 años después el retoque digital se ha adueñado del mundo, ahora que es tan fácil inventar otra realidad vivimos en una sociedad de mentirosos, mentimos por despecho, para mostrar nuestra mejor cara o para ocultar lo que nos avergüenza. Siempre habrá quien prefiera vivir en el engaño, que asumir la realidad, nos mentimos a nosotros y al resto porque a todos nos gusta imaginar que de verdad existe otra realidad.
La fotografía nunca ha podido escapar de nuestro engaño y probablemente nunca lo hará, porque vivir entre la mentira y la verdad es lo que la hace tan fascinante y es lo que nos hace humanos, porque todos sonreímos en las fotos aunque hayamos tenido un día malo.