TRANSCRIPCIÓN DEL VIDEO

El jardín mágico. Érase una vez en un pequeño pueblo, un jardín mágico lleno de animales y plantas maravillosas. En este jardín, las plantas podían hablar y los animales bailaban al son de la música del viento. Había un conejito llamado Lucas, a quien le encantaba saltar entre las flores de colores y explorar cada rincón del jardín. Un día, mientras saltaba cerca de un arbusto, Lucas escuchó un susurro suave que venía de un gran árbol. El árbol, llamado Roble, tenía hojas de colores brillantes y una sonrisa radiante. Roble le dijo a Lucas Hola, amiguito, ¿quieres ayudarme a contar los pétalos de las flores? Cada flor tiene un número especial. Lucas estaba emocionado y aceptó el desafío. Se acercaron a una margarita y comenzaron a contar los pétalos. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, decía Lucas mientras señalaba cada pétalo. Roble asintió con entusiasmo. Muy bien, Lucas, has contado correctamente. La margarita tiene cinco pétalos. Animados por el éxito, se dirigieron a una rosa roja. Lucas contó. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis. Roble sonrió y dijo Exacto. La rosa tiene seis pétalos. Eres muy bueno contando, Lucas. A medida que recorrían el jardín, descubrieron un estanque donde nadaban unos patitos.

Robles le preguntó a Lucas ¿Puedes contar cuántos patitos hay en el agua? Lucas miró cuidadosamente y comenzó a contar. Uno, dos, tres, cuatro. Pero luego notó un pequeño patito escondido entre los juncos. Oh, hay cinco patitos en total, exclamó emocionado. Pero un día, mientras saltaba entre las flores, Lucas se adentró en un rincón de es conocido del jardín y de repente quedó atrapado en un hechizo de años atrás. Estaba asustado y necesitaba ayuda. Roble buscó desesperadamente a los niños del pueblo para pedir ayuda. El camino está lleno de desafíos. Hay que aprender mucho y superarlos todos para salvar a Lucas. ¿Me ayudan? Por cada desafío obtendrán una clave y con todas las claves formarán la palabra que liberará a Lucas. Adelante.