La medida más importante es la vacuna.
Generalmente los bebés están protegidos del sarampión durante los primeros seis meses de vida debido a la inmunidad que les transmiten sus madres. La mayoría de los niños reciben la vacuna del sarampión como parte de la vacuna triple viral, que protege contra el sarampión, las paperas y la rubéola y que se administra entre los 12 y los 15 meses de edad y de nuevo entre los cuatro y los seis años.
Si observas el carné de vacunación oficial, verás que en nuestro país es administrada en el primer año.