Los volcanes son grietas de nuestra corteza terrestre a través de las cuales suben al exterior el magma y los gases que proceden del interior de la Tierra.
Generalmente se forman en los límites de las placas tectónicas, aunque existen los llamados puntos calientes, donde no hay contacto entre placas.
Se dividen en tres tipos según su actividad: activos, que pueden erupcionar en cualquier momento; inactivos o durmientes, aquellos que mantienen ciertos signos de actividad y han entrado en actividad esporádicamente; y los extintos, cuya última erupción fue registrada hace más de 25.000 años.