Cuenta la leyenda que antes de que Yací bajara a la tierra, los hombres estaban tan ocupados en sus propios quehaceres que apenas se miraban o conversaban un poco.
Yací era inmensa, refulgente, poderosa. Era magia y luz, porque Yací era la luna; y plantada sobre el firmamento, alumbraba cada noche las copas de los árboles y los caminos...
Si quieres saber cómo continúa te invitamos a escucharla en la versión cantada por Julio Brum.