Una suspensión es una mezcla en la que las partículas de una sustancia se encuentran dispersas dentro de otra, pero son lo suficientemente grandes como para ser visibles y, con el tiempo, tienden a sedimentarse o caer al fondo.
Por ejemplo, al mezclar arena con agua, la arena se dispersa al principio, pero luego se asienta en el fondo porque las partículas no se disuelven.
Para determinar si un sistema es una suspensión, se consideran las siguientes características:
- Heterogeneidad: Las suspensiones son sistemas heterogéneos donde se pueden distinguir claramente las fases. Las partículas sólidas son visibles a simple vista.
- Tamaño de partículas: Las partículas en una suspensión son mayores a 1000 nanómetros (nm), lo que provoca que no se mantengan en suspensión de forma estable y tienden a sedimentarse con el tiempo.
- Sedimentación: A diferencia de las soluciones y los coloides, las partículas en una suspensión se separan y sedimentan si se deja reposar el sistema, formando una capa sólida en el fondo del recipiente.
- Transparencia: Las suspensiones no son transparentes, ya que las partículas grandes dispersan la luz, impidiendo que se vea a través del líquido.