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La mirada desde el Arte

La mirada desde la pintura de Blanes

Revivamos los hechos previos y posteriores a la Cruzada Libertadora, y cómo esta fue retratada por Juan Manuel Blanes en su obra "El Juramento de los Treinta y Tres Orientales".

Transcripción del video

Bienvenidos otro año a un encuentro virtual para conmemorar otro 19 de abril, fecha del Desembarco de los 33 orientales.

Año 1825: hacía tan solo cinco años que José Artigas se había ido al Paraguay vencido por los mismos portugueses que los 33 orientales habían venido a derrotar:

ya tan solo cinco años para que esta tierra se comenzará a llamar República Oriental del Uruguay.

En el medio de estos acontecimientos Soriano conoció una vez más el inicio de otra revolución como queriendo rememorar aquel legendario Grito de Asencio, que nos lleva de alguna forma a ser quienes somos hoy, pero,  en qué contexto se enmarca este desembarco?

Bueno recordemos que en 1816 el imperio portugués invade nuestro territorio anexándolo año más tarde a sus posesiones con el nombre de Provincia Cisplatina. Por eso se da este desembarco, para declarar a este territorio libre e independiente de cualquier poder extranjero como lo expresa la ley de independencia escrita con sangre oriental unos años más tarde. Cuando hablamos de los 33 orientales nuestra mente proyecta inmediatamente la obra de Blanes que de alguna forma inmortalizó a los orientales en la playa de la Graseada, cuyo nombre se deforma con el tiempo y ahora lo conocemos como la Agraciada, pero, eran realmente 33 los orientales que se embarcaron aquel día?

Indudablemente eran muchos más, y esto lo comprueba el hecho de que se llegó a tener hasta 17 listas diferentes donde el número de participantes oscilaban entre 33 y 59 personas.

¿Eran todos orientales,  dónde están las mujeres, acaso no había gente de color? porque no se ven en el cuadro.  Bueno, a veces miramos pero no vemos, están ahí, si los miramos bien pero están alejados, marginales y perdidos como un fiel reflejo de la sociedad desigual en la que les tocó vivir.

Pero se nos hace imposible negar que fueron estos hombres que desembarcaron los que en un futuro les van a otorgar leyes como la libertad de vientres donde los hijos de las esclavas no serían libres.

También es verdad que el número 33 se usó por sobre todo por ser un símbolo de la masonería pero no nos debemos asombrar de esto, acaso no fueron las logias masónicas de "Los Caballeros Orientales" que comenzaron a planificar la revolución pero qué importa el número, qué importa si no eran todos orientales, cambia algo la historia si llegan 33 o 50??

Probablemente no,  probablemente no era el número que maneja la historia oficial hasta de hoy en día. A quién se le ocurre que 33 personas puedan liberar todo un territorio de uno de los imperios más poderosos de América. Pero si hay algo que es cierto, conformaron la punta de lanza de que lo de lo que a los pocos meses era un movimiento de miles de personas con un solo objetivo: la libertad o morir peleando por ello.

Sabemos que la pintura más famosa de Blanes es una idealización al servicio de la nación que se estaba construyendo en esos momentos. más que realidades son ideas lo que Blanes plasmaba en sus lienzos.

Santiago Gadea fue el único sorianense que desembarcó aquel 19 de abril seguramente lo hayan visto muchas veces, es ese, el que está mirando al horizonte, extendiendo su brazo en señal de juramento antes de la proclama de Lavalleja.

Vaya si fue importante Soriano, los avatares de nuestra liberación de los imperios que se turnaron para dominarnos, esta tierra extremadamente fértil para el de libertad acogió y colaboró no sólo en armas, en hombres y mujeres y caballos; sino en ideas para la liberación siempre al lado de Artigas, Lavalleja, Oribe y cualquier otro personaje de la historia nacional.

Recuerde o nos recuerden había una lanza y un caballo de Soriano y no fue la excepción a que el 19 de abril de 1825 si es verdad que no fue la patria grande que deseaba José Artigas la que nacerá bajo el sable y la carabina de los 33 orientales en los campos de rencor no Sarandí a la misma Convención Preliminar de paz,  pero sí fue la patria de hombres y mujeres que lucharon con el mismo fervor y con el mismo entusiasmo para reclamar ese viejo y justo derecho de que la soberanía radica en el pueblo oriental y no en los imperios de turno.

No había opción para aquella gente en 1825,  todo se resumiría a tener libertad o encontrar la muerte buscando esa idea de que todos gozamos hoy en día. Los 33 orientales nos demostraron de que cuando el contexto es verdaderamente crítico, la unión de sus integrantes más allá de las discrepancias es vital para sobrellevar momentos caóticos o de crisis, ese es su mensaje para los tiempos que corren, ese es el legado que debemos recoger ya que el recuerdo de estas fechas y el mismo aprendizaje de la historia no tiene otro fin que el de aprender las enseñanzas y algunas glorias del pasado para afrontar y sobrellevar los difíciles presentes.  Solo nos basta con mirar las páginas de la historia para estar seguros de que siempre después de las tormentas sale el sol.

Muchas gracias.

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