¿Cuáles fueron las condiciones que encontraron al llegar?
Zabala les había prometido a los fundadores: un solar emplazado en la misma ciudad, una suerte de estancia y una chacra en las inmediaciones, animales con que poblarlas, alimentación gratuita, herramientas, el no pago de impuestos, y el título de "Fijosdalgo" que habilitaba a usar el "Don" delante del nombre...
Sin embargo, la vida en estas tierras, para los recién llegados, no fue tan fácil. Estaban limitados en un área rural restringida a las cercanías de la muralla, con conflictos con las autoridades militares y con ataques de los indígenas que habitaban estas tierras. El área destinada a las estancias era muy escasa.
Los repartos de tierras no eran por igual para todos los emigrantes. El 46% de las huertas estaba en manos de los canarios. Sin embargo, en las estancias ganaderas las autoridades coloniales beneficiaban a los pobladores procedentes de la Península o de Buenos Aires. Sólo les dieron un 9% de ellas. Era una discriminación muy notoria, porque mientras que los huertos eran de 200 varas de frente y una legua de fondo, las estancias cubrían 3.000 de frente y una legua y media de fondo.