Con el paso del tiempo, las festividades congregaban al pueblo en lugares fijos, donde un coro entonaba himnos y se agrega un actor que dialoga con él.
Debido al éxito venían a Atenas vecinos de otros pueblos a ver las representaciones y poetas de todos lados para concursar con sus obras. Así surgieron los grandes dramaturgos clásicos: Esquilo, Eurípides y Sófocles, y la construcción de los teatros.