En la Antigua Grecia el teatro era de carácter religioso y ciudadano.
Al principio eran rituales en honor al dios Dionisio, dios del vino y la vegetación. Un coro de hombres vestidos de machos cabríos danzaban al sonido de la música, este ritual estaba relacionado con la magia y prácticas simbólicas.
Con el tiempo se instalaron estas festividades en lugares fijos con el objetivo de formar ciudadanos respetuosos de su democracia e ideales religiosos.
En la imagen de la derecha se puede apreciar una escultura de Dioniso, realizada en mármol, correspondiente al siglo II a. C., y actualmente expuesta en el Museo del Louvre (París, Francia)