¿Qué origina el filosofar?
Según Jaspers (1883 - 1969), origen y comienzo no son lo mismo. El comienzo es histórico, identificable en tiempo y lugar. El origen es desde donde surge la filosofía, qué mueve a las personas a filosofar. Para el autor, el filosofar es movido por:
El asombro: es lo que se siente cuando estamos ante lo extraño, ajeno y maravilloso. Platón (427 a.c - 347 a.c), sostenía que por el asombro de lo que sucedía en el mundo, los primeros filósofos, iniciaron la actitud de filosofar. En tanto que, para Aristóteles (384 a.c - 322 a.c), lo es la admiración, por lo que sucede de extraño y extraordinario en el mundo y en nosotros mismos, lo que mueve a filosofar. Jaspers considera ambas actitudes como lo que motiva al ser humano a filosofar, desde cualquier época y en cualquier época. Al observar las diferencias en las creencias y al dialogar con otras personas, los griegos descubrieron que lo que para ellos era verdad, para otros lo era de otra forma. Esto motivó a preguntarse y asombrarse y admirarse.
La duda, es otro motivador de aquello que motiva a preguntar, cuando dudamos de aquello que tomamos como verdadero y plantamos la semilla de que puede ser de otra forma, entonces iniciamos el camino de la actitud filosófica y crítica. Un filósofo que se destacó por el uso de la duda como método, fue Descartes (1596 - 1650), a partir de él se concibe una nueva forma de filosofar: el método de la duda de Descartes.
Por último, Jaspers agrega un motivo más para iniciar la actitud filosófica y la denomina "situaciones límites", estas situaciones son aquellas que nos ponen en el límite entre la vida y la muerte, y en esta circunstancia el sujeto inicia el sentido del problema filosófico, del interrogante que hace movilizar internamente al ser humano en su esencia y existencia misma.
Te comparto un fragmento de la película "La Isla" (2005. Director Michael Bay), donde el protagonista presenta actitud filosófica de asombro y esto lo moviliza a indagar, preguntar, iniciar una forma de pensar diferente.
La forma de preguntar del protagonista (Lincon), es propio del pensar filosófico, cuestiona lo que sucede todos los días, las formas que se dan en la realidad.
Transcripción del audio del video
Bienvenidos a la nueva generación de la ciencia.
El agnate es un ser orgánico engendrado directamente en su edad adulta, conforme a la edad del cliente. Están contemplando la primera etapa de su desarrollo. En 12 meses estará listo para ser recolectado, proporcionando óvulos fértiles, un par de pulmones, piel nueva… todo ello genéticamente indistinguible del beneficiario. Y en cumplimiento de las leyes eugenésicas del año 2015, todos nuestros agnates serán mantenidos y conservados en estado vegetativo.
No adquirirán jamás conciencia.
Nunca pensarán, ni sufrirán, ni sentirán dolor, alegría, amor u odio. Es un producto, señoras y caballeros. En todos los aspectos, es no humano.
Controlamos su memoria con un recuerdo compartido: una contaminación global. Eso los mantiene con miedo a salir. La isla es lo único que alimenta su esperanza. Es su objetivo. Todo lo que les exponemos —programas, películas, libros, juegos— está diseñado para controlar su agresividad y reforzar su conducta social.
—Señor, ¿quería usted verme?
—Sí, por favor, siéntate.
—¿Cómo está hoy, Lincoln Seis Eco?
—No muy bien, digo yo.
—¿Y por qué razón?
—Pues porque si estoy aquí, es que no estoy bien.
—Eso es una asociación negativa. Mi labor es que seáis felices, que todo os vaya bien.
Ya en tu archivo personal figura que tienes contacto regular con Jordan Dos Delta.
—No hay ninguna ley contra la amistad, ¿no?
—Y la promovemos. Pero, ¿qué pasaría si la proximidad derivase en conflicto?
—Conozco las normas de proximidad.
Eres ejemplar en la mayoría de las facetas: eficiente en el trabajo, riguroso en el entrenamiento. Pero la monitorización revela ciertas alteraciones: cambios en el metabolismo. Estás teniendo pesadillas.
—¿Quiere decir que me ocurre algo malo?
—Háblame de tu sueño.
—Bueno, siempre se repite. Voy en un barco, hacia la isla.
—¿Un barco? ¿Qué clase de barco?
—Uno muy bonito.
—¿Podrías dibujarlo?
—Bien. Dices que navegas hacia la isla. ¿Qué ocurre después?
—Me ahogo.
—¿En serio? ¿Cómo lo interpretas?
—No lo sé… dígamelo usted.
—Quizá te dé miedo ganar.
—¿Por qué me iba a dar miedo?
—Dímelo tú. ¿Qué te preocupa, Lincoln?
—Cuando… sí… No, de acuerdo… los martes hay tofu para cenar. Entonces yo me pregunto: ¿quién ha decidido que a todos nos gusta el tofu? O, por ejemplo, ¿de qué está hecho el tofu? ¿Por qué no me dan bacon? Hago cola cada mañana y en el desayuno no hay manera de que me den bacon. Y diga: hablemos del color blanco. ¿Por qué hay que ir todo el día vestido de blanco? Es imposible estar limpio en cuanto das un paso. Y con esa tira gris, siempre. Nada de color. Y luego la entrego para lavar. Alguien la lava. Y luego la coloca de modo impecable en mi cajón. Pero, ¿quién? ¿Quién es esa persona? No lo sé. Quiero… quiero respuestas. Y querría… querría que hubiera algo más. Más… sí, más. No solo esperar para ir a la isla.
—Lincoln, está en tu naturaleza cuestionar las cosas. ¿No te das cuenta? Has sido elegido. Elegido para sobrevivir, para perpetuar. Tu objetivo en la vida es muy especial. Eres parte de un nuevo comienzo.
Eres especial.
¿Deseas ir? Es tu objetivo en la vida: poblar la isla.
Has sido elegido para sobrevivir. Para perpetuar.
Eres un superviviente de la contaminación.
¿Deseas ir a la isla?
Tu objetivo en la vida es estar en la isla.
Tu objetivo en la vida…
Eres especial. Muy especial.
—Tiene que estar aquí. Busca bien. Mira por ahí.
—Sois clones. Sois copias de personas del mundo exterior.
—¿Qué clones? ¿Qué copias? ¿De qué estás hablando?
—De la ricachona arrugada que quiere rejuvenecerse con tu piel. O de un enfermo que necesita un órgano sano. Lo cogen de vosotros.
—Pero yo tengo madre. Me acuerdo de ella.
—Lo sé. Te criaste en una granja. Tenías un perro.
—Y tenía una bici.
—¿Y una bici? Claro. Era una bici Flexy Flyer rosa, con borlas en el manillar. Y la usabas para ir a casa de tu abuela. Al llegar, tú tocabas el timbre, y ella salía con un bizcocho.
Son implantes de memoria.
Un amigo mío es programador en el instituto. Un día me los dejó ver. Solo hay doce historias, con pequeñas variaciones. Pero vienen a ser la misma. La vida que creéis tener antes de la contaminación nunca existió.
—Venga, no me miréis así.
—Tú montabas en bici. ¿Quieres cambiar tu feliz implante de memoria por mi asquerosa infancia?
—Hecho.