Ray Bradbury fue escritor, guionista, poeta, y es considerado uno de los máximos exponentes de la ciencia ficción y la literatura de los años 50.
Conozcámoslo:
Transcripción
Biografías Express.
Ay, Ray Bradbury, Crónicas Marcianas, Fahrenheit 451, El hombre ilustrado.
Los libros de Ray Bradbury se han catapultado a través del tiempo y hoy son obras de culto. Pero quien fue Ray Douglas Bradbury? Nacido en la década de los años 20 en Chicago, se graduó en 1938 y se ganó la vida vendiendo periódicos hasta 1942. La escritura y la lectura siempre fueron sus pasiones, escribiendo y publicando cuentos breves. Cada vez que se le daba la oportunidad fue perfeccionando su estilo. Hasta que en 1950 publicó una antología que se llamó Crónicas Marcianas, una serie de historias enfocadas en los viajes espaciales y el deseo de los humanos por colonizar Marte. Los estragos de los años postguerra y el conflicto entre Estados Unidos y la Unión Soviética hacía pensar que no quedaba mucho para el fin del mundo y el apocalipsis total. Si una palabra puede definir la vida de Bradbury, esa es perseverancia. Asistió todos los días a la biblioteca, no sólo para leer, sino para crear sus obras más icónicas. El hombre ilustrado.
Fahrenheit 451 siempre se definió como autodidacta y, sobre todo, defensor de las bibliotecas públicas. Una de sus frases más conocidas es No se necesita quemar los libros para que dejen de existir. Sólo hace falta que dejen de leerse. A menudo los críticos menospreciaron el trabajo literario de Bradbury, alegando que sus libros no se encontraban a la altura de un Isaac Asimov o Arthur C. Clark. A muchos lectores se les dificulta catalogarlo en un género específico, lo que es normal, ya que escribió guiones de cine, TV, poesía, novelas, ensayos. Colaboró en Alfred Hitchcock, Presenta y La Dimensión desconocida. Ray Bradbury murió en 2012. En su lápida puede leerse la inscripción Autor de Fahrenheit 451. Durante toda su vida rechazó el uso de Internet y temía que la sociedad acabara automatizada, que las personas se volvieran frías y fáciles de manipular a través de los medios y la tecnología. No es necesario ser científico para leer a Bradbury, sino tener el afán y la curiosidad de ir más allá, de hacer preguntas y reflexionar, a pesar de que quizá no nos guste lo que podamos recibir como respuesta.
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