De acuerdo con lo registrado por el memorialista afrouruguayo Lino Suárez Peña, en el último tercio del siglo XIX los negros bailaban el candombe:
"… sueltos organizados en parejas y tomaban parte cuantos quisieran según la capacidad del lugar; al accionar en sus movimientos lo hacían en una forma muy sacudida, arqueando la espina dorsal hacia atrás con gracia y suma habilidad causando admiración y otras hacia adelante con no menos desenvoltura, al rítmico compás de su orquesta singular compuesta de Tamborin, Campana y Mate".
En tanto...
No hay una aclaración precisa sobre el rol cumplido por las mujeres en lo referente a la ejecución de los instrumentos a la par de los hombres.
Era también un espacio de transmisión de conocimientos y de práctica, donde, seguramente, los más chicos iban aprendiendo el saber de sus mayores.