Existen y existieron varias formas de ejecutar los tambores, dependiendo del lugar de origen y también de las circunstancias, es decir, ceremonias en la Sala de Nación, en lugares públicos o caminando.
Cada Sala de Nación, alrededor del 1800, tenía su organización y sus reglas. Contaba con un rey, una reina, un príncipe y otras autoridades.
Todos acompañaban a los tambores y demás instrumentos con palmas y cantos.
Cuando se iba en procesión o a saludar a las autoridades, quienes daban la nota eran los tamborileros, junto con los personajes típicos, sobre todo el bastonero o escobero, quien dentro o fuera de Sala era un verdadero director de la “orquesta”.