Nada de todo lo que estamos viendo podría haber pasado si no hubieran sido acompañado por los significativos avances técnicos que impactaron en todos los aspectos de la sociedad... especialmente en el campo de la navegación.
Algunos de ellos son:
Inventada en China en el siglo XI, llegó a Europa en el siglo XIII. Se convirtió en un instrumento fundamental para la navegación, ya que permitió a los navegantes orientarse en alta mar sin depender de las estrellas o las costas. La brújula magnética funciona gracias a la interacción entre el campo magnético terrestre y la aguja imantada de la brújula, que siempre apunta hacia el norte.
Instrumento de origen griego, conocido desde la Antigüedad. Se utiliza para medir la altura de los astros sobre el horizonte, lo que permite determinar la latitud del observador. Los navegantes lo utilizaban para determinar su posición en el mar.
Se basa en un instrumento anterior, el astrolabio, que era menos preciso. Con un sextante es posible medir la altura de un astro con mucha precisión. Para medir la altura de un astro, el observador alinea el índice con el astro y ajusta el espejo hasta que la imagen del astro coincida con el horizonte.
También llamados cartas portulanas, fueron manuales o libros utilizados en la navegación. Recopilaban información detallada de las costas, incluyendo puertos, bahías, accidentes geográficos, y hasta detalles como asentamientos e incluso representaciones de ciudades. Si bien no eran mapas a escala exacta, sí representaban con relativa precisión las distancias entre puertos y las direcciones para navegar entre ellos.
Tipo de embarcación de origen portugués, desarrollada en el siglo XV. Se caracterizaba por su casco ligero y resistente, y por su aparejo de velas latinas, que la hacía más maniobrable que las naves tradicionales.
Se desarrollaron nuevos instrumentos de navegación, como la ballestilla y el cuadrante. Se mejoraron las técnicas de navegación, como la estima y la navegación a estima. Se introdujeron nuevos tipos de velas, como las velas cuadradas, que permitieron a las naves navegar contra el viento.