El sexo es un componente determinado genéticamente y constituye una característica biológica.

El sexo es un componente determinado genéticamente y constituye una característica biológica.

Todos aquellos espacios de la sociedad en los que aprendemos y nos movemos nos van marcando formas de comportarnos. Por eso, en diferentes lugares aprendemos cómo debería ser un hombre y una mujeres. Estas normas van cambiando junto a las modificaciones de la cultura. 

Hablamos de "estereotipos de género" para referirnos a aquello que determina cómo es un hombre y cómo es una mujer. Los estereotipos se basan en prejuicios y establecen formas de conducta generales, como si todos tuviéramos que comportarnos o pensar de una manera determinada. Por eso, cuando se produce una diferencia, muchas veces se sanciona porque es distinto y escapa a lo normal. Los estereotipos se van modificando junto con las transformaciones que sufre la sociedad y la cultura. 

El rol masculino les impone a los hombres su tarea de "proveedores". Muchas veces eso se transforma en una carga muy pesada que los hace sentirse disminuidos si no logran sustentar económicamente las necesidades del hogar. Según este rol, el hombre no tienen la obligación de hacer las tareas del hogar, ya que deben ser asumidas por el "rol femenino". 

La diferencia entre los roles masculinos y femeninos ha ubicado a la mujer en un lugar de inferioridad y, eso, en muchas ocasiones produce situaciones de violencia tanto en ámbitos cotidianos como en la estructura social que disminuye el rol femenino (por ejemplo, las mujeres tienen salarios más bajos que los hombres).