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Morfología externa

¿Cómo son las abejas? 

El cuerpo de la abeja de la miel se divide en cabeza, tórax y abdomen, partes que están unidas y se mueven entre sí.

La cabeza, caja quitinosa, que tiene forma de triángulo invertido. Alberga el órgano de la visión (ojos simples y ojos compuestos), las antenas y el aparato bucal. Se encuentra unida al tórax por un cuello angosto y membranoso.

En el tórax  se encuentra el aparato locomotor, estando constituido por tres segmentos o anillos, que reciben los siguientes nombres de adelante hacia atrás: Protórax, Mesotórax y Metatórax y un pequeño segmento adicional llamado Propodeo.

El primer par de patas se encuentra situado en el protórax, y tienen una serie de dispositivos o piezas que las emplean fundamentalmente para: la limpieza de los ojos, con una especie de cepillo; dos piezas: vellum y peine (o cepillo), ésta última articulada, que se cierra a voluntad para la limpieza de las antenas.

El segundo par de patas se encuentran situadas en el mesotórax y no tienen ninguna característica especial.

El tercer par de patas se encuentran situadas en el metatórax y son las más grandes.

Las alas se encuentran en el tórax, las dos primeras más grandes se insertan en el metatórax y las otras dos más pequeñas en el mesotórax.

Esquema de partes de una abeja (morfología)

El abdomen se compone de 9 segmentos, pero sólo 6 son visibles en las hembras y 7 en los machos. Los segmentos abdominales poseen dos placas cada uno, llamándose a los dorsales «tergitas» y a los ventrales «esternitas», estando unidos éstos por membranas flexibles, lo que les permite una gran variedad de movimientos, como alargarse o acortarse y también curvarse en cualquier dirección.

El abdomen se encuentra recubierto de pelos, y según su longitud y coloración de los segmentos son índices que también se emplean para la identificación de las diferentes razas de abejas.