Dada la abolición legal de la esclavitud hacia mediados del siglo XIX, los antiguos esclavos que no continuaron viviendo como agregados o sirvientes en las casas de sus amos pasaron a formar parte de los sectores pobres montevideanos.
Así, se concentraron en las cercanías del puerto, las inmediaciones de la antigua ciudadela y del Mercado Central. También alquilaron piezas en las casas de inquilinato, antiguas viviendas subdivididas y alquiladas por pieza, con cocina y servicios para uso común.
En este sentido, el padrón de Montevideo creado hacia 1858-1859 muestra que muchos de estos exesclavos se concentraron en las pensiones o conventillos montevideanos. Vivían junto con inmigrantes y “orientales” llegados del interior.