En este juego tradicional, por lo general, los niños y niñas forman una ronda, girando y cantando mientras se toman de las manos.
Al centro del círculo se ubica un participante en el rol de farolero o farolera, quien salta y recorre el interior de la ronda en sentido contrario al movimiento del grupo.
Cuando la canción llega a la estrofa “alcen las barreras”, todos detienen el movimiento y tienen 2 opciones: aplaudir sobre sus cabezas o levantar sus manos entrelazadas, formando arcos.
En este momento, el farolero/a pasa a través de los “arcos”, entrando y saliendo del círculo de manera libre y divertida.
Al llegar a la parte de la canción que dice “ánima bendita, me arrodillo en vos”, el farolero/a se detiene frente a un compañero/a de la ronda y se arrodilla simbólicamente frente a él o ella.
Este niño o niña pasa entonces a ocupar el rol de farolero/a, y el juego comienza nuevamente con gran entusiasmo.
Esta dinámica no solo refuerza el trabajo en equipo, la coordinación y el ritmo, sino que también fomenta la creatividad y la participación activa de todos los integrantes de la ronda.