Te presentamos a La Errante, una escuela trashumante que comparte el oficio del titiritero por los caminos de Latinoamérica.
Viajando sin rumbo fijo, contando historias en un escarabajo amarillo.
La palabra “errante” proviene del verbo “errar”, que no solo quiere decir “equivocarse”, sino que también significa andar sin rumbo o vagar por un lugar.
Equivocándose y conociendo diferentes lugares se aprende mucho, por esta razón la escuela lleva el nombre de “La Errante”.
Además, como dice el dicho, “errar es humano”, por eso te invitamos a seguir este recurso para que puedas aprender – errando.
¿Por qué los títeres?
Titiriteros y narradores han caminado en el margen, han sido expulsados de los teatros y encerrados dentro de los museos y las cárceles; pero también han estado en los castillos narrando epopeyas, y en ceremonias sagradas representando a los dioses.
Los títeres han sido pasajeros tanto en las rutas comerciales de la seda y de las especias, como en las campañas de evangelización.
En su amplia trayectoria trashumante, han recopilado narrativas, cosmovisiones y estéticas de todo el mundo y de todos los tiempos, dejando su descendencia en cada rincón del planeta.
Por sus características trashumantes, los títeres junto con la narración oral, son un recurso maravilloso para expresar la gran diversidad de narrativas migratorias en el mundo, y buenos aliados para promover la sensibilización de las poblaciones de acogida y el acompañamiento de las infancias en procesos de movilidad humana.
Además, no hay que olvidar que las artes facilitan una educación interdisciplinar que favorece la comunicación, la expresión de las emociones, el desarrollo psicomotriz, y las habilidades sociales, físicas y cognitivas esenciales para estar saludables y conscientes del ejercicio pleno de nuestros derechos.
La trashumancia se refiere a esa actividad que lleva a los seres (humanos como animales) a trasladarse de un lado a otro en búsqueda de aventuras y mejores condiciones de vida.