La represa y central hidroeléctrica se construyó en una zona de desniveles rocosos, en el curso medio del río Uruguay, aprovechando para la generación de energía un desnivel natural llamado Salto Grande.
El agua que se encuentra en el embalse cae hasta la altura del río provocando que las turbinas se muevan. Transformando así la energía hidráulica en energía mecánica, esta última pasa a los generadores que luego la transforman en electricidad.
La caída de agua desde el embalse hasta la altura del río debe ser de 25,30 metros para tener una generación óptima de energía.
Cada una de las 14 turbinas cuentan con un generador.