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El tema...

¿A qué llamamos tema?


 El tema de un cuento es aquella idea central de la historia que podría resumirse en una sola palabra o frase. Esta idea podría repetirse en cualquier tipo de texto de cualquier formato, es decir, un poema o una obra de teatro. 

El tema de un cuento no es la anécdota, es decir la sucesión de hechos, sino una idea abstracta.

A propósito, dice Juan Rulfo:

«[…] otra cosa muy importante también que es l querer contar algo sobre ciertos temas; sabemos perfectamente que no existen más que tres temas básicos: el amor, la vida y la muerte. No hay más, no hay más temas, así es que para captar su desarrollo normal, hay que saber cómo tratarlos, qué forma darles; no repetir lo que han dicho otros». 

El desafío de la creación

 

Néstor Belda lo plantea de esta manera:

"Hace poco una amiga escritora me comentó que tenía en la cabeza una idea para un cuento. Le pregunté cuál era el tema y me hizo una síntesis de la historia. Entonces le dije que ese era el argumento pero que lo que importaba era el tema, la tierra firme sobre la cual construiría todo el relato.

El tema es el asunto del que trata la historia, el fondo, el hueso que estará presente en todo su desarrollo. Lo que una madre es capaz de hacer por sus hijos. Las consecuencias emocionales de las mentiras. La falta de libertad de expresión en un país bajo una dictadura militar. Las consecuencias psicológicas del incesto. El amor prohibido (Romeo y Julieta). La envidia y los celos (Blancanieves)".

Néstor Belda

 

Aclaración

Para determinar el tema de un cuento nos puede ser muy útil tener presente tres elementos a considerar. Estos nos darán pistas que nos permitan determinar esa columna vertebral en la que se sostendrá el cuento.

Debemos observar con atención el título, el conflicto y el protagonista (que es el personaje que sufre el conflicto).

Si entrelazamos los datos que esos tres elementos nos dan, el tema se devela, cuando no está planteado claramente.

Tengamos presente que el tema es nuestra línea de análisis, lo que no impide que existan temas secundarios que puedan parecer muy importantes, pero tal vez no sea el tema central.

Esa decisión dependerá del nivel de profundidad en la reflexión que haga el lector.