Segunda presidencia de Battle (1911-1915)
A la primera presidencia de Batlle, le sucedió la de Claudio Williman que continúo con las ideas batllistas.
Mantuvo la estabilidad de las finanzas, inauguró el puerto e instaló la Suprema Corte de Justicia. Sin embargo, continuaron las agitaciones sociales y las disconformidades por parte de los blancos a través de los medios constitucionales.
En 1911, Batlle y Ordoñez fue electo nuevamente como presidente.
En su segundo mandato, colocó en práctica lo que aprendió durante su estadía en Europa, configurando un Estado más intervencionista. Respondió a las demandas sociales a través de proyectos y reformas que favorecieron a las clases populares. Buscó generar oportunidades para las mujeres en el mercado laboral, además de propiciar mejores condiciones a los ancianos y menores de edad. Por otra parte, en el plano económico se crearon nuevas empresas y bancos para pasar ciertos sectores económicos a manos del Estado.
Aunque el gobierno de batllista fue tildado por los detractores como "socialista" o "marxista", Batlle y Ordoñez siempre aclaró que no se identificaba con ninguna ideología de izquierda, sino que discrepó en muchos asuntos con algunos sectores empresariales y con la comunidad católica. Gerardo Caetano (2021) define al batllismo como "republicano solidarista" para deferenciarlo del socialismo o comunismo.
Se puede decir que uno de los principales logros de Batlle en este período, fue impulsar la primera reforma consitucional del Uruguay en 1917. El cambio más relevante se implementó en el Poder Ejecutivo, donde se sustituyó la presidencia unipersonal por un Consejo Nacional de Administración.