Candado
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Ya sabemos que las imágenes tratan sobre un fantasma.
En ellas hay además una firma: Townsend.
Hemos investigado en internet y hemos descubierto que Frederick Henry Townsend fue un ilustrador y caricaturista británico que realizó la ilustración de la primera versión de la obra “El fantasma de Canterville” de Óscar Wilde, publicada en 1887.
La técnica utilizada fue la litografía.
En el siguiente video te acercamos una adaptación de este cuento:
Transcripción del video
Hoy, en Draw my life: el fantasma de Canterville de Óscar Wilde.
El ministro de los EEUU Jairán Biotics acababa de comprar el castillo de Canterville, su dueño lord Canterville le anuncia que la casa había sido el hogar de la familia Canterville por generaciones pero también le advirtió que la casa estaba embrujada por un fantasma que incomodaba a todos los habitantes que entraban en ella. El señor Otis soltó una carcajada, le dijo a Lord Canterville que venía de EEUU; un país moderno donde nadie cree en fantasmas si realmente existen, entonces, los americanos ya los habrían puesto en un museo. Ignoró las advertencias y continuó con la compra de la casa.
Semanas más tarde, el señor Otis y su familia se mudaron al castillo de Canterville.
La familia Otis estaba conformada por seis integrantes, el señor Otis y su esposa Lucrecia, una mujer bella de ojos hermosos y naturaleza espléndida que además tenía un aire inglés a pesar de ser extranjera, el hijo mayor de los sofistas Washington llamado así en honor al presidente George Washington, después está Virginia, una chica de 15 años con una mirada
encantadora y grandes ojos azules, por último están Estrellas y Rayas, los gemelos ruidosos de la familia, sus nombres vienen de la bandera de EEUU.
La familia Otis llegó al castillo de Canterville durante una noche de verano encantadora, pero al acercarse a la casa, en el cielo apareció una oscura tormenta. Esperándoles en la puerta, estaba la señora Omni, el ama de llaves, vestida de negro. Al entrar en la casa, se dirigieron a la biblioteca y lo primero que descubrieron fue una mancha de sangre en la chimenea.
La señora Otis rápidamente se puso a limpiar la mancha, pero fue interrumpida por la señora Omni, la mancha llevaba ahí muchos años y marcaba el sitio donde Sir Simon Canterville había matado a su esposa en 1575. Sir Simon desapareció de la casa unos años después, su cuerpo nunca fue encontrado y a partir de ese día el fantasma de Sir Simon ronda por la casa.
Con la ayuda del limpiador y quitamanchas pinkerton Washington limpió la mancha de la chimenea, dejándola limpia.
Quiso mostrárselo a la familia pero fue interrumpido por el fuerte sonido de truenos y la luz de un relámpago, inmediatamente la señora Omni cayó desmayada, a la mañana siguiente, la familia descubrió que el trabajo de Washington no había funcionado, ya estaba de vuelta.
Washington volvió a limpiarla, pero el resultado al día siguiente era el mismo, volvió a intentarlo una tercera vez y al tercer día la mancha continuaba allí, después de la tercera aparición de la mancha, la familia Otis no tuvo otra opción más que aceptar que había un fantasma en la casa, pero siguieron con su vida como si nada hubiera ocurrido, hasta que una noche Sir Simon Canterville hizo su primera aparición como fantasma, para
asustarlos, el fantasma de Canterville decidió caminar por los pasillos de la casa arrastrando detrás de él unas cadenas viejas, esperó hasta la una de la mañana para hacerlo, asegurando que la familia ya se había ido a dormir. El primero en levantarse con el ruido fue el señor Otis, el fantasma se sorprendía al ver que el señor Otis no se había impresionado con él. Muy calmado, el señor Otis le ofreció al fantasma una botella de aceite para silenciar las cadenas y dejar dormir al resto de la familia, pero al fantasma de Canterville no le agradó mucho el gesto del señor Otis. Cogió la botella de aceite de sus manos y la lanzó al suelo destruyendola completamente, después salió corriendo del pasillo dejando solo al señor Otis. El fantasma no consiguió escapar de allí, en el pasillo se encontró con los gemelos, quienes se le acercaron de forma agresiva, iban disfrazados de fantasmas, con sábanas sobre sus cabezas. Comenzaron a lanzarle almohadas al fantasma y disgustado sólo pudo escapar a su habitación atravesando una pared.
Una vez en su habitación el fantasma de Canterville se puso a pensar en lo que había sucedido causándole más enfado, lo único que podía calmarle eran sus recuerdos del pasado, de sus dos éxitos, desde apariciones repentinas hasta, sustos más graves como la muerte de Lady Statphil quien se ahogó después de que el fantasma la cogiera por el cuello.
Estaba segura de que a ningún otro fantasma en la historia de inglaterra le habían tratado tan mal, no iba a permitir que este tipo de comportamiento hacia él continuara y en ese momento declaró vengarse contra la familia Otis.
El día siguiente, el tema de conversación de la familia Otis era el fantasma de Canterville, el señor Otis estaba algo enfadado porque el señor Simon no había aceptado la botella de aceite que le había ofrecido, juró que si el fantasma no hacía nada por detener el ruido de sus cadenas, él mismo se las quitaría.
Pasaron unos días, el fantasma de Canterville no aparecía, Washington continuaba limpiando la mancha de sangre de la chimenea a diario y cada mañana la mancha regresaba, solo que ahora cuando reaparecía su color cambiaba, esto a la familia le entretenía bastante tanto que cada noche hacían apuestas entre ellos para ver qué color tendría la mancha el día siguiente. La única que no compartía la diversión era Virginia cada mañana miraba la mancha con tristeza y casi se pone a llorar la mañana en la que la mancha se puso verde, finalmente el fantasma de Canterville decidió volver a asustarles, su plan era disfrazarse con un viejo traje de armadura, pero mientras se lo ponía lo golpeó por accidente y la armadura cayó al suelo con un fuerte golpe.
La familia bajó a donde estaba, pensando que se trataba de un robo, pero al llegar encontraron a Sir Simon con las manos sobre las rodillas. Los gemelos se pusieron a dispararle al fantasma con sus pistolas de juguete, mientras que el señor Otis le apuntó con un rifle de verdad y le pidió levantar los brazos, el fantasma huyó de la familia enfadado y
logró calmarse una vez que llegó a la cima de las escaleras. Allí hizo un último intento de asustarles con una risa macabra, en cambio la señora Otis pensó que estaba enfermo y le ofreció medicamento, el fantasma planeó asustarla tomando la forma de un perro negro grande, pero cuando escucho al señor Otis y a los gemelos acercándose, volvió a su
habitación. Pensaba que la familia se sorprendería al ver un fantasma vestido con una armadura, se admitió a sí mismo que la armadura había caído porque era muy pesada y no había podido levantarse con el traje puesto.
El fracaso de su plan hizo que se quedara en cama unos días, durante este tiempo pensó en su próximo plan para asustar a la familia. Con una daga en la mano entraría en sus habitaciones y les daría un susto con varias tácticas, haciéndoles mirar mientras se apuñalava el cuello, susurrando los secretos de la tumba y sentándose encima de ellos. Puso el plan en marcha, pero cuando llegó al pasillo se llenó de miedo al encontrarse con otro fantasma aterrador, rápido regresó a su habitación y se escondió dentro de la cama, perdiendo la daga en el camino, salió de su habitación al amanecer y con la luz que entraba por las ventanas descubrió que el fantasma del pasillo era falso, puesto por la familia Otis, por el letrero que tenía al lado. Furioso juró que después de que el gallo cantase dos veces se cometerían crímenes sangrientos y asesinatos, pero esta mañana el gallo solo cantó una vez, todas las semanas Sir Simon permanecía en la cama, se había dado por vencido en intentar asustar a la familia, incluso dejó de poner cada mañana la mancha de sangre en la chimenea.
Había unos sustos que todavía podía hacer como aparecer en la ventana asustando a quien estuviera pasando por fuera, si tenía que usar las cadenas, se aseguraba de engrasarlas para no hacer ruido por la noche. Pero los gemelos seguían con sus travesuras, en una ocasión pusieron hilos en los pasillos con los que Sir Simon se había tropezado y como olvidar las escaleras cubiertas de mantequilla para que se resbalase al bajar.
Estaba cansado de sus trampas, así que una noche se dirigió a la habitación de los gemelos y abrió la puerta con la esperanza de pillarles por sorpresa, sólo que ellos iban un paso por delante, parado en el marco Sir Simon sintió cómo le caía un tazón de agua mojándole por completo, en consecuencia Sir Simon se puso enfermo, por un tiempo caminó por la casa con zapatillas en los pies y envuelto en mantas para evitar ponerse peor. Los gemelos continuaron con las trampas, pero cuando dejó de pasearse por los pasillos lo único que hacían era molestar al resto.
La família Otis pensó que el fantasma se había marchado y su vida regreso a la normalidad, la señora Otis organizó eventos sociales, Washington jugaba a las cartas con los gemelos, Virginia montaba a caballo y el señor Otis escribió una carta a Lord Canterville informándole sobre el fantasma. Hasta que un día hizo una visita a la casa, el duque de Cheshire cuya familia había sido aterrorizada por el fantasma, su presencia inspiró a Sir Simon para darle un susto, pero en el último momento el fantasma descartó la posibilidad por el miedo que le tenía a los gemelos.
Los días siguientes, Virginia pasó la mayoría del tiempo con el duque paseando por los
jardines de la casa, durante uno de esos paseos entró a la casa y se encontró a Sir Simon sentado frente a una ventana, mirando con tristeza. Virginia le dijo que sentía lástima por él, pero que no se preocupara, ya que sus hermanos volverían al colegio en otoño y finalmente lo dejarían en paz. También se enfadó con él por su mal comportamiento con la familia y por haber asesinado a su esposa en el pasado, el fantasma respondió que tenía sus propias razones para matarla pero que lo peor había sido que sus cuñados lo dejaron morir de hambre, razón por la que se convirtió en fantasma. Entristecida por lo que le acababa de decir, Virginia le ofreció un bocadillo al fantasma, Sir Simon no aceptó la oferta, pero agradecía el gesto. Le dijo que ella era amable y atenta no como su horrible familia, a lo que Virginia contestó amargada que el horrible era él por haberle robado sus pinturas para poner la mancha de la chimenea todos los días. Al robarselas la había dejado sin pinturas y colores para que ella pudiera pintar con libertad lo que quisiera, además los colores que había decidido usar para la mancha le parecían ridículos, porque tiene visto sangre de color verde.
Virginia se despidió del fantasma, pero él le suplicó que se quedara y hablara con él por un poco más de tiempo, le dijo que no dormía desde hacía 300 años y que necesitaba de su ayuda para conseguir dormir y descansar. Le contó sobre la antigua profecía que dice que una chica joven como ella sería la única que traería paz a la casa, todo lo que tenía que hacer era llorar por él y rezar por el perdón de sus pecados, si un viejo almendro florecía significaría
que había funcionado.
Virginia aceptó ayudarle y los dos se dirigieron a una parte desconocida del castillo, en el camino, los animales tallados en las paredes y los cazadores bordados en los tapices cobraron vida y le advirtieron que no continuase, pero ella los ignoró y siguió al fantasma.
La familia Otis se alarmó al no encontrar a Virginia por ninguna parte y sospecharon que el grupo de gitanos que acampaban cerca de la casa eran los culpables, así que el señor Otis y el duque salieron a por ellos, pero los gitanos no sabían nada de Virginia, aún así estuvieron dispuestos a ayudarlos a encontrarla.
Washington se unió al resto del grupo para también participar en la búsqueda, la buscaron por toda la propiedad y por los pueblos cercanos, pero ella no aparecía, hasta que justo a medianoche se escuchó por toda la casa un fuerte estruendo seguido de un grito muy intenso, en la cima de las escaleras apareció Virginia con un pequeño cofre dorado en las manos, les contó que el cofre se lo había entregado el fantasma de Sir Simon antes de morir y que estaba lleno de joyas. Luego les pidió que le acompañasen a su habitación secreta, dentro encontraron un esqueleto encadenado a la pared, Virginia les dijo que el fantasma no volvería a molestarles, sus pecados habían sido perdonados y ahora podía descansar en paz. Fuera de la casa, los gemelos vieron un almendro florecer. Lord Canterville organizó un gran funeral para Sir Simon al que asistieron todos los miembros de la familia y la señora Omni.
El señor Otis intentó devolver el cofre a Lord Canterville, sentía que era incorrecto permitir a Virginia quedarse con joyas tan valiosas, pero Lord Canterville le dijo que eso no era problema, Virginia le había hecho un gran servicio a su familia y merecía tener las joyas. Recordó al señor Otis que había comprado una casa con un fantasma, incluyendo todas sus pertenencias.
Virginia se comprometió con el duque y al cabo de unos días se casaron, las joyas le fueron de mucha ayuda cuando tuvo que presentarse frente a la reina Victoria.
Al inicio el señor Otis no estuvo de acuerdo con el matrimonio de su hija, pero cuando vio la magnitud y belleza de la ceremonia cambió de opinión, después de la luna de miel, decidieron visitar la tumba de Sir Simon, el duque le preguntó a Virginia qué ocurrió cuando murió el fantasma. Ella le respondió que no se lo podía contar, pero que el fantasma le había hecho ver lo que significaba la vida y la muerte y por qué el amor es más fuerte. El duque estuvo satisfecho con esa respuesta, pero le dijo que sólo podía quedarse con el secreto si le prometía contárselo a sus futuros hijos algún día. Virginia se sonrojó y aceptó la promesa.