Para llegar a Canterville Chase, la familia de Hiram Otis debió recorrer un largo viaje cruzando el océano.
Partieron desde Nueva York en Estados Unidos de América y llegaron hasta Ascot, en Inglaterra.
Por aquellos tiempos, los viajes se realizaban en grandes embarcaciones y los viajes podían durar más de un mes.
Al llegar al puerto, la familia Otis había solicitado que los esperaran, para llevarlos a su ansiado destino.
En el cuento se puede leer:
"Como Canterville Chase está a siete millas de Ascot, la estación más próxima, míster Otis telegrafió que fueran a buscarle en coche descubierto, y emprendieron la marcha en medio de la mayor alegría".