¿Sabes cuáles son las principales causas de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)?
Las causas de la Segunda Guerra Mundial fueron múltiples y complejas, pero varias dinámicas clave contribuyeron a su estallido en 1939.
Los problemas derivados de la Primera Guerra Mundial. A esto se sumaron los efectos devastadores de la crisis económica de 1929. La formación del Eje Roma-Berlín-Tokio. Y, finalmente, el agresivo expansionismo alemán en Europa, con la anexión de Renania, Austria, los Sudetes y la invasión de Polonia, fue el detonante final que llevó a las potencias europeas a declarar la guerra a Alemania, marcando el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
Estos factores interconectados establecieron las condiciones para el conflicto global más devastador de la historia.
Veámoslas:
Primera causa: problemas derivados de la Primera Guerra Mundial
Los problemas derivados de la Primera Guerra Mundial fueron fundamentales para el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
- Alemania, resentida por las estrictas condiciones del Tratado de Versalles, no aceptaba las severas sanciones impuestas, que incluían la desmilitarización, el pago de enormes indemnizaciones económicas y la pérdida de importantes territorios.
- Por su parte, Japón e Italia, aunque miembros de la antigua Triple Alianza, se sintieron insatisfechos con los resultados del tratado, ya que sus aspiraciones territoriales no fueron cumplidas, lo que alimentó su ambición expansionista.
- Además, la Sociedad de Naciones, creada con el objetivo de garantizar la paz y evitar futuros conflictos, fracasó en su misión, demostrando su ineficacia frente a la agresión de las potencias del Eje, que desafiaron impunemente el orden internacional.
Segunda causa: ascenso de los totalitarismos (fascismo y nazismo)
Durante la década de 1930, la crisis económica mundial de 1929 tuvo efectos devastadores en muchas naciones, empeorando las condiciones de vida de los pueblos y creando un clima de desesperación y descontento.
En este contexto, los regímenes totalitarios, como el fascismo en Italia bajo Benito Mussolini y el nazismo en Alemania bajo Adolf Hitler, se presentaron como soluciones radicales para los problemas sociales, económicos y políticos.
Estos movimientos promovían:
- la idea de un liderazgo fuerte,
- el nacionalismo extremo y
- la supresión de la oposición política,
ofreciendo a las masas una sensación de unidad y esperanza a cambio de sus libertades.
El fascismo y el nazismo ganaron apoyo al prometer restaurar el orden, recuperar el poder nacional y superar las humillaciones sufridas tras la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión.
El ascenso de estos regímenes fue un factor clave en la desestabilización de Europa y en el desencadenamiento de la Segunda Guerra Mundial.
Tercera causa: el Eje Roma-Berlín-Tokio.
La formación del Eje Roma-Berlín-Tokio.
La alianza entre los regímenes fascistas de Italia y Alemania, junto con el régimen autoritario de Japón, que aunque no era estrictamente fascista, estuvo bajo la influencia de una poderosa estructura militar, creó una coalición ideológica y estratégica que favoreció el expansionismo agresivo.
Italia, bajo Benito Mussolini, y Alemania, gobernada por Adolf Hitler, compartían una visión de expansión territorial y el deseo de reconfigurar el orden mundial, mientras que Japón, con un gobierno militarista, buscaba consolidar su dominio en Asia y el Pacífico.
La cooperación entre ellos, que incluyó el intercambio de recursos, inteligencia y apoyo militar, les permitió avanzar con mayor confianza en sus respectivas áreas de influencia, lo que resultó en una confrontación directa con las potencias aliadas y un aumento de las tensiones que desembocaron en la Segunda Guerra Mundial.
Cuarta causa: expansionismo alemán
Desde la llegada de Adolf Hitler al poder en 1933, Alemania comenzó a llevar a cabo una serie de agresiones territoriales que desafiaron el orden establecido por el Tratado de Versalles y desestabilizaron Europa.
- En primer lugar, en 1936, Alemania remilitarizó la región de Renania, una zona desmilitarizada según el tratado, sin enfrentarse a ninguna intervención significativa por parte de las potencias europeas.
- En 1938, la anexión de Austria (el Anschluss) fue un paso más en la expansión alemana, que no fue detenido por la comunidad internacional.
- Luego, en el mismo año, los Sudetes en Checoslovaquia fueron ocupados tras un acuerdo con las potencias europeas, conocido como el Pacto de Múnich, que trató de apaciguar las ambiciones expansionistas de Hitler mediante la cesión de territorio a cambio de la paz.
Sin embargo, la ambición de Alemania no se detuvo allí.
- En 1939, la invasión de Polonia fue el golpe definitivo. Hitler utilizó como excusa el control sobre el pasadizo de Danzig (hoy Gdansk), una región estratégica en la frontera entre Alemania y Polonia.
La rápida invasión alemana de Polonia, seguida de la invasión soviética por el este, desencadenó oficialmente la Segunda Guerra Mundial, ya que Reino Unido y Francia declararon la guerra a Alemania en respuesta a la agresión.
Esta expansión territorial fue clave para desatar el conflicto global.