¿Cómo eran las condiciones laborales a principios del siglo XX en nuestro país?
Te invitamos a leer a continuación el siguiente fragmento de texto extraído del “Manual de historia del Uruguay 1903-2010” del historiador Benjamín Nahum sobre las condiciones de trabajo en la época:
En los años anteriores a la segunda presidencia de Batlle y Ordóñez, el número de obreros en huelga en cada conflicto rara vez pasó de los 4.000. Calculando en 30 a 40.000 el total de obreros existentes en Montevideo, se puede apreciar que las huelgas no se generalizaron. Pero ya en 1911 hubo 4 huelgas generales, 37 parciales y cerca de 20. 000 obreros en conflicto, lo que demostraba una acentuación de las tensiones sociales, aquellas que Batlle pensó en Europa que era necesario prevenir. La legislación laboral y social que implantó con tal motivo hizo que en 1914 sólo se registrara una huelga general, una parcial y resultaran afectados sólo 1.300 obreros.
La huelga más importante del período fue protagonizada por los tranviarios en 1911; reclamaban aumento de salarios y reducción de las extensas jornadas de trabajo. Hubo enfrentamientos violentos con la policía que trataba de salvaguardar la libertad de trabajo del personal especialmente contratado por el directorio de la empresa tranviaria inglesa para suplantar a sus trabajadores habituales. Hubo paros solidarios de otros gremios, y luego de larga contienda los trabajadores consiguieron mejorar el salario y disminuir su jornada a 9 horas.
Las condiciones de la vida obrera eran precarias; el trabajo de los adultos estaba mal remunerado y en muchas industrias se empleaba a niños, En 1911 había registrados 1.131 menores de 15 años como trabajadores en la industria y el comercio. El diputado Emilio Frugoni denunciaba la existencia de una fábrica textil en Capurro donde había niñas de 10 años de edad trabajando 10 horas diarias por un salario de 15 centésimos; los tejedores de 15 a 18 años ganaban 40 centésimos y los mayores de edad, entre 70 y 90 centésimos diarios. En las fábricas de fósforos, las obreras ganaban de 20 a 30 centésimos; en las casas de confecciones las costureras percibían 8 pesos mensuales.
En cuanto a los horarios de trabajo, la situación no era mejor. Los tranviarios cumplían, antes de la huelga citada, jornadas de 15 y 17 horas; los obreros panaderos llegaban a las 18 y 19 horas diarias, y trabajando de noche; los empleados de comercio no tenían horario fijo: dependía su jornada de la voluntad exclusiva del patrón.
Las permanentes denuncias de estas situaciones insostenibles sensibilizaron a la opinión pública, y la clase obrera se movilizó enérgicamente para superarlas. Si la transformación tuvo efecto fue porque esta vez había en la dirección del poder público un hombre especialmente preocupado por corregir tales excesos”.
B. Nahum (2011). Manual de historia del Uruguay 1903-2010. Ed. Banda Oriental. pp. 41-42.
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